Maniobrar un barco: claves para un buen control

Maniobrar un barco: claves para un buen control

La habilidad es clave en la maniobrabilidad de un barco. Pero también son importantes el conocimiento técnico, la anticipación y la coordinación perfecta entre los responsables de la maniobra. Te explicamos todo lo que debes tener en cuenta para hacerlo con seguridad y eficacia.

En primer lugar, conoce bien tu barco.

La experiencia en navegación es un grado: encontrarte con distintas situaciones y vivir atraques en diferentes circunstancias te permite tener bagaje suficiente para afrontar cualquier situación. Pero por encima de ello, está el conocimiento de tu propio barco.

Las características hidrodinámicas y la respuesta a los mandos son distintas según el tipo de casco, el sistema de propulsión, la superficie vélica (en veleros), la eslora, la manga y el calado. Por ello, para una maniobra en puerto, debes tener en cuenta los siguientes aspectos:

 

  • Velocidad de gobierno: Es la mínima velocidad a la que el timón tiene eficacia sobre la dirección del barco. Maniobrar por debajo de esta velocidad implica que el timón pierde efectividad, por lo que es crucial identificarla y no reducir la arrancada por debajo de este umbral salvo en los últimos metros de la maniobra.

  • Inercia y radio de giro: Los barcos, por su masa y desplazamiento, presentan una inercia considerable. Un exceso de velocidad puede dificultar la detención o corrección de la trayectoria, mientras que una velocidad insuficiente puede dejar la embarcación a merced del viento o la corriente.

  • La hélice: Fundamental para las maniobras en marcha atrás. En embarcaciones de un solo motor, la hélice puede ser dextrógira (gira a la derecha avante) o levógira (gira a la izquierda avante), generando un efecto lateral en la popa al dar atrás. Este fenómeno, conocido como “efecto evolutivo” o “efecto de la hélice”, puede ser utilizado a favor en maniobras de atraque o ciaboga.

Ten en cuenta el viento y la corriente.

El viento y la corriente son actores principales en cualquier maniobra de una embarcación, ya que su influencia puede determinar el éxito o el fracaso de las operaciones de atraque o desatraque en espacios reducidos. El viento actúa como una vela involuntaria capaz de abatir la proa o la popa según su dirección relativa. Por ello, una regla básica en la maniobra es intentar entrar al muelle con el viento de proa y salir con el viento de popa, siempre que las circunstancias lo permitan, ya que de este modo se mantiene un mayor control sobre la embarcación y se minimiza el riesgo de que el viento la empuje contra el muelle de forma inesperada.

Por otro lado, la corriente puede tener un efecto aún más determinante que el propio viento, ya que es capaz de desplazar lateralmente la embarcación y modificar el ángulo de aproximación al muelle de manera significativa. Para contrarrestar este efecto, es recomendable realizar una “derrota de compensación”, orientando la proa ligeramente contra la corriente y ajustando la trayectoria para mantener la línea deseada durante toda la maniobra. De este modo, el patrón puede anticipar y corregir las desviaciones, logrando así una aproximación más precisa y segura.

Del atraque a la ciaboga

Aproximación y atraque

El atraque es probablemente la maniobra más frecuente y, paradójicamente, la más susceptible a errores.

 

  • Preparación previa: Antes de iniciar la maniobra, la tripulación debe estar informada de sus cometidos. Las defensas deben colocarse en la banda adecuada y a la altura correcta, los cabos de amarre deben estar listos y libres de nudos, y el bichero a mano.

  • Ángulo de aproximación: Lo ideal es aproximarse al muelle con un ángulo de entre 20 y 30 grados, lo que permite controlar la velocidad y corregir la dirección en los metros finales. La velocidad debe ser la mínima compatible con el gobierno efectivo.

  • Correcciones y parada: En los últimos metros, se debe reducir la arrancada a mínimos, utilizando puntas de motor avante y atrás para detener el barco suavemente junto al muelle. El uso del bichero debe limitarse a empujar suavemente, nunca a retener grandes inercias.

Ciaboga y maniobras en espacios reducidos

La ciaboga, o giro sobre el propio eje, es esencial en dársenas estrechas.

 

  • Barcos monomotores: Alternar avante y atrás con el timón a bandas opuestas, aprovechando el efecto evolutivo de la hélice para que la popa caiga en la dirección deseada.

  • Embarcaciones bimotoras: Utilizar un motor avante y el otro atrás permite girar prácticamente sobre el eje del barco, una ventaja significativa en embarcaciones de mayor eslora.

  • Bow thruster: En embarcaciones modernas, el uso de hélices de proa (bow thruster) facilita enormemente la maniobra, permitiendo desplazar lateralmente la proa con precisión.

Aspectos de seguridad en la maniobra

Es fundamental extremar las precauciones en el momento de la maniobra ya que pueden surgir situaciones en las que la seguridad se vea comprometida. Por ejemplo, hay que evitar que tanto el patrón como la tripulación coloquen manos o pies entre el barco y el muelle, o entre embarcaciones.

También hay que estar atentos a los cabos, que deben estar siempre libres de nudos y preparados para su uso inmediato. Las defensas, por otro lado, deben estar correctamente ubicadas y aseguradas puesto que son el elemento imprescindible para proteger el casco de posibles daños por contacto.

¿Te sientes seguro al maniobrar en puerto?

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